Mudanzas

Colocaré, cuantas veces así lo quiera, flores sobre el tanque de váter.

Seguiré dejando relatos y cartas con nuestra clave secreta bien oculta.

Aún dormiré abrazando la almohada que te representa y, quizá, algunas noches, todavía te llore ríos con relámpagos y lluvia dentro de la habitación.

El librero seguirá igual: Siempre será mudo. Jamás hablará de ti, ni de mí, ni del espacio que tuvimos juntos.

¿Cómo sabrás entonces cuándo  te haya olvidado?

Fácil: Léeme y búscate en mis letras. Cuando no te encuentres, sabrás que te has ido.

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