Ayer te ví vestida de flores. Pensé inmediatamente en el personaje del Principito y en la tarde en que Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry escribió sobre la rosa.
Pienso en eso porque, maravillado con tu presencia, he creado un ser microscópico que descubre una flor aún más microscópica, y que (él) la presume como si fuera la más grande flor del universo.
Así tú, ataviada de flores, desde ayer reinas el universo del micro ser que vive en mi recién inventado microcuento.